Silence Repairer
The noise destroys and consumes silently, grips the will, and paralyzes the capacity to feel, to feel no more. Annulled the function assigned to the pores is not easy to loosen the muscles and breathe for pleasure to walk around Tolmo Gallery’s space for the basic need to enjoy for a few minutes, watching a heaping composition of seeds.
Because, Toshiro Yamaguchi counteracts the overwhelming noise with plastic silence. With that kind of silence that favors the music, the buzz, the return to the natural material that is being.
A beautiful spring day--- A disciple looked at branches blowing in the wind. And he asked his teacher --- "Master, are moving the branches, or the wind?” Without even looking where the disciple pointed, “Neither the branches nor the wind is moving, “he said, "It is MIND that moves."
Obsolete binomial at this time, therefore, is resurrected by an author who urges the emotion that builds a path inside with seeds -a mode of bread crumbs- that bring and take, which offer the possibility of going through a reality lost by an existence in which the expressive not worth if not violent.
Fortunately Yamaguchi enlists in the opposing side and advocates for naked, by an abstract symbology that calms the fire and extols the fluidity of a life in which water renews and nourishes the seed that will hold the privilege of gestate. A solid principle that one observes for long by making use of the skin first, then go to the thoughtful parcel.
The lyrical aspect and the argued one converge in a course that arises on what installed and climbs up upper stays as a chromatic and volumetric experimentation. Disaggregated in zones, cracked in others, the pieces come around textures worked in a kind of amalgam that seems emerged from a strange soothing that retains, tense and release.
There is neither sensationalism nor struggle, only color and background, abstinence and landscapes without form and voices that are heard at night in the distance, as gagged in deep blues.
Red on black, ocher, and deconstructed grids form a natural universe in which Toshiro Yamaguchi investigates and seeks. Maybe his objective is to obtain the refined essence, the attainment of a seed born to communicate from the silence that unites and gathers.
Perhaps that's because it mitigates the latent contrast between the 'craft' contained in the impregnated texture in his compositions and the subtlety released in its outcome. It does not account the 'suddenness' of matter, but the interpretative poetry of empty full of feelings. Sequenced rhythms, of forgotten life experiences, memories of mutilated and abandoned in drawers of dark rooms.
To break this dynamic and ventilate closed rooms, the exhibition located in Tolmo Gallery is the best balsams. The cleanest of medicines.
Toshiro Yamaguchi exposes 'Silver Flowers' in Tolmo Gallery until April 21, 2009 By YOLI LANCHA latribunadetoledo.es
Silencio reparador
El ruido destruye y consume en silencio, atenaza la voluntad y paraliza la capacidad de sentir, de sentir sin más.
Anulada la función otorgada a los poros no resulta sencillo destensar los músculos y respirar por puro placer para pasear por Tolmo por la esencial necesidad de disfrutar, por unos minutos, contemplando una composición colmada de semillas.
Porque Toshiro Yamaguchi contrarresta el apabullante ruido con silencio plástico. Con ese tipo de silencio que propicia la música, el murmullo, el regreso a la materia natural que es el ser.
Preguntó el alumno al maestro si lo que se mueven son las ramas o el viento. Contestó el maestro que ni se mueven las ramas ni el viento, sino el corazón y la mente.
Binomio obsoleto en este tiempo que, por ello, es resucitado por un autor que insta a la emoción, que construye una senda interior con semillas -a modo de migas de pan- que traen y llevan, que ofrecen la posibilidad de transitar por una realidad
Por fortuna Yamaguchi se alista en el bando contrario y aboga por lo desnudo, por una simbología abstracta que calma el fuego y ensalza la fluidez de una vida en la que el agua renueva y alimenta la semilla que, será, la que ostente el privilegio de gestar.
Un principio prometedor para el que observa siempre y cuando lo haga sirviéndose primero de la piel para, después, pasar a la parcela reflexiva.
Confluye lo lírico y lo argumentado en un recorrido que surge en lo instalado y que trepa por estancias superiores a modo de experimentación cromática y volumétrica.
Disgregadas en zonas, cuarteadas en otras, se presentan las piezas en torno a texturas trabajadas en una suerte de amalgama que parece surgida de una entraña apaciguadora que retiene, tensa y libera.
No hay efectismo ni lucha, sólo color y fondo, templanza en paisajes sin forma y en voces que en la noche se escuchan en la lejanía, como amordazadas en azules profundos.
Los rojos sobre negro, los ocres, y las cuadrículas deconstruidas conforman un universo natural en el que Toshiro Yamaguchi indaga y busca.
Es posible que su objetivo sea la obtención de la esencia refinada, la consecución de una simiente nacida para comunicar desde el silencio que une y reúne.
Tal vez sea esa la causa que mitiga el contraste latente entre la ‘artesanía’ contenida en la textura impregnada en sus composiciones y la sutileza desprendida en su resultado.
No cuenta la ‘brusquedad’ de la materia, cuenta la poesía interpretativa de los vacíos llenos de sensaciones.
Repletos de ritmos secuenciados, de vivencias olvidadas, de recuerdos mutilados y abandonados en cajones de estancias oscuras.
Para romper esta dinámica y airear los cuartos cerrados, la exposición ubicada en la Galería de Arte Tolmo es el mejor de los bálsamos. El más limpio de los medicamentos.
Toshiro Yamaguchi expone ‘Silver Flowers’ en la Galería de Arte Tolmo hasta el próximo día 21 de abril